· Acción y Oración ·


  • 16º semana durante el año – Ciclo C
  • Domingo 20 de Julio de 2025 – Catedral de La Plata

Este fin de Semana, las dos hermanas de Lázaro, Marta y María, y la actitud de cada una frente a la visita de Jesús, se transforman en un paradigma de dos dimensiones importantísimas de la vida cristiana: la acción y la oración.


Lecturas

Génesis 18, 1-10a.
Salmo 14, 2-5.
Colosenses 1, 24-28.

Lectura del Santo Evangelio según Lucas

Lucas 10, 38-42.

Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra.

Marta, que muy estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude». Pero el Señor le respondió: «Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria, María eligió la mejor parte, que no le será quitada».

Palabra del Señor.

  • Al continuar leyendo el capítulo 10 del Evangelio de San Lucas, nos encontramos con esta sorpresiva visita de Jesús a la casa de Lázaro, Marta y María, en el pueblo de Betania. El evangelio nos presenta una de las escenas más comunes de la vida familiar, una hermana que se queja de la otra, porque esta última no la ayuda. Sin embargo, Jesús le hace ver, que la actitud de María de escuchar sus enseñanzas, tiene un valor extraordinario. Estas dos hermanas se han transformado en un paradigma de dos tipos de vida consagrada en la Iglesia: la vida activa que se hace concreta en distintas formas de apostolado, y la vida contemplativa y de oración. Pero también, encarnan dos dimensiones importantísimas de la vida de cada cristiano, que tienen que encontrar su justo equilibrio en cada uno, y animar nuestro modo de ser discípulos-misioneros. ¿Estamos comprometidos con algún apostolado concreto en la iglesia (evangelizador, formativo, misionero, de caridad, etc.)? ¿Encontramos tiempo cada día, para la oración de diálogo sereno con Dios (en la misa, en la adoración, en otras prácticas de oración, etc.)? ¿Hemos descubierto que nuestra vida de oración, complementa y plenifica cualquier tarea de servicio que podamos llevar adelante?

Padre Hernán Remundini

Con la intención de una lectura más variada y abundante, la Iglesia nos propone tres ciclos litúrgicos A, B y C, de tal manera los mismos textos no volverán a leerse hasta después de tres años. Los invitamos a volver a ver cada una de ellas.


Año Litúrgico 2023-2024 – Ciclo B – Jesús no se sustraía a las necesidades de la multitud, pero cada día, antes que nada, se retiraba en oración, en silencio, en la intimidad con el Padre. Su tierna invitación descansad un poco  debería acompañarnos el segundo aspecto: la compasión, que es el estilo de Dios. El estilo de Dios es cercanía, compasión y ternura. Cuántas veces, en el Evangelio, en la Biblia, encontramos esta frase: “Tuvo compasión”.

Evangelio

San Marcos 6, 30-34

Ciclo A – El Evangelio de hoy presenta dos modos de actuar y de vivir la historia: por un lado, la mirada del amo, que ve lejos; por otro, la mirada de los siervos, que ven el problema. Los criados se preocupan por un campo sin malezas, el amo se preocupa por el buen trigo. El Señor nos invita a asumir su misma mirada, la que mira al buen trigo, que sabe custodiarlo también en las malas hierbas. No colabora bien con Dios quien se pone a la caza de los límites y de los defectos de los otros, sino más bien quien sabe reconocer el bien que crece silenciosamente en el campo de la Iglesia y de la historia, cultivándolo hasta la maduración. Y entonces será Dios, y solo Él, quien premie a los buenos y castigue a los malvados.

Evangelio

Mateo 13, 24-43

El Ciclo C basado en los textos de Lucas. En esta escena de María de Betania a los pies de Jesús, san Lucas muestra la actitud orante del creyente, que sabe cómo permanecer en la presencia del Maestro para escucharlo y estar en sintonía con Él. Se trata de hacer una parada durante el día, de recogerse en silencio, unos minutos, para dejar espacio al Señor que “pasa” y encontrar el valor de quedarse un poco “a solas” con Él, para volver luego, con serenidad y eficacia, a las cosas cotidianas. Elogiando el comportamiento de María, que «eligió la parte buena» , Jesús parece repetirnos a cada uno de nosotros: “No te dejes llevar por las cosas que hacer; escucha antes que nada la voz del Señor, para desempeñar bien las tareas que la vida te asigna”.

Evangelio

Lucas 10, 38-42

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