Domingo 23 de Febrero

Jesús dijo a sus discípulos: Yo les digo a ustedes que me escuchan: amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian. Bendigan a los que los maldicen, rueguen por lo que los difaman. Al que te pegue en una mejilla, preséntale también la otra; al que te quite el manto, no le niegues la túnica. Dale a todo el que te pida, y al que tome lo tuyo no se lo reclames. Hagan por lo demás lo que quieren que los hombres hagan por ustedes.

Si aman a aquellos que los aman, ¿qué mérito tienen? Porque hasta los pecadores aman a aquellos que los aman. Si hacen el bien a aquellos que se lo hacen a ustedes, ¿qué mérito tienen? Eso lo hacen también los pecadores. Y si prestan a aquellos de quienes esperan recibir, ¿qué mérito tienen? También los pecadores prestan a los pecadores, para recibir de ellos lo mismo.

Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada en cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y los malos. Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso.  No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes».

Palabra del Señor.

Para pensar

• El Evangelio de este fin de semana nos trae una de las enseñanzas más revolucionarias de Jesús: el amor que nos exige Dios, es mucho más universal de lo que la letra enuncia, aunque choque con nuestras limitaciones, con nuestras reacciones más impulsivas. Efectivamente, el amor que nos propone el Señor conlleva una exigencia desmedida a nuestras fuerzas: nos invita a amar a los enemigos, a los que nos odian, a los que nos desean el mal, a los nos agreden, a los que nos roban. ¿Cómo hacemos para vivir un amor tan exigente? La respuesta es simple: imitar el ejemplo de Jesús que entregó su vida aún por los que lo traicionaron y lo sometieron a la pasión y a la cruz; y abrir nuestro corazón, para que su gracia haga posible en nosotros, aquello que nos parece humanamente imposible. Entonces, sigamos el consejo de la carta a los hebreos y “vayamos confiadamente al trono de la gracia…” (Heb. 4,16.) para que Dios nos ayude a vivir un amor así.

Padre Hernán Remundini

Calendario Litúrgico

Con la intención de una lectura más variada y abundante la Iglesia nos propone tres ciclos litúrgicos A, B y C, de tal manera los mismos textos no volverán a leerse hasta después de tres años. Les ofrecemos la posibilidad de volver a ver cada una de ellas.

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Ciclo B – 18 Febrero 2024

Año Litúrgico 2023-2024 – Ciclo B el Evangelio de hoy (Mc 1, 12-15) Cada año, al comienzo de la Cuaresma, este Evangelio de las tentaciones de Jesús en el desierto nos recuerda que la vida del cristiano, tras las huellas del Señor, es una batalla contra el espíritu del mal. Nos muestra que Jesús se enfrentó voluntariamente al Tentador y lo venció; y al mismo tiempo nos recuerda que al diablo se le concede la posibilidad de actuar también sobre nosotros con sus tentaciones.

Evangelio

Marcos 1, 12-15

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Ciclo A – 19 Febrero 2023

El Ciclo A basado en los textos de Mateo, nos presenta en éste 7º domingo en su evangelio: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen. Esta es la novedad cristiana. Es la diferencia cristiana. Rezar y amar: esto es lo que debemos hacer; y no sólo por los que nos aman, por los amigos, por nuestra gente.

Evangelio

Mateo 5, 38-48

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Ciclo C – 20 Febrero 2022

El Ciclo C basado en los textos de Lucas. En el Evangelio Jesús no usa paradojas, ni giros de palabras. Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen. Esta es la novedad cristiana. Es la diferencia cristiana. Rezar y amar. El Señor nos pide la valentía de un amor sin cálculos.

Evangelio

Lucas 6, 27-38