Devociones

En comunión con Dios

Virgen de la Puerta

La Virgen de la Puerta es una advocación mariana que se venera en el Norte del Perú, y que tiene su principal centro de culto en la Catedral de Otuzco. Esta devoción se inició en el siglo XVII, cuando una flota pirata amenazó con saquear Trujillo y las ciudades vecinas. Ante ese peligro, los otuzqueños, colocaron una imagen de la Inmaculada Concepción en la puerta de entrada del pueblo implorando la protección celestial de la Virgen contra los ataques de piratería. 

Milagrosamente, la flota desapareció sin atacar ninguna de las ciudades, y desde entonces comenzó el culto a la “Virgen de la Puerta”. En 1942 el Papa Pio XII le entregó el título de «Reina de la Paz Universal», y en el 2018, el papa Francisco la declaró «Madre de la Misericordia y de la Esperanza» durante su visita apostólica a la ciudad de Trujillo. Por iniciativa del empresario Edwin Aguilar Flores, desde el año 1999, la comunidad de peruanos residentes en La Plata, pueden venerar en nuestra Catedral, una réplica exacta de la Virgen de la Puerta Original. 

Es la santa patrona del Norte del Perú, y su Fiesta se celebra entre el 13 y el 16 de diciembre.

Oración a la Virgen de la Puerta

Bendita e inmaculada Virgen De la Puerta, 
Madre de Dios y Madre Nuestra, 
Reina Universal de la Paz. 
Deseando manifestarte nuestro amor 
nos consagramos a tu devoción entregándote nuestro corazón.

¡Reina de los ángeles y de los santos, de los Cielos y la Tierra, 
eres excelsa y no necesitas otra recomendación que ser ¡Nuestra Madre!

Nos ofrecemos aunque indignos por hijos tuyos, 
míranos con ojos de piedad, extiéndenos tus brazos llenos de amor, ábrenos tu maternal corazón, líbranos de los peligros, 
socórrenos siempre, no nos abandones jamás.

¡Oh, amorosísima Madre! Condúcenos a la patria Celestial, 
ábrenos las puertas del Cielo para cantar contigo la gloria de Dios.
Amén.

Nuestra Señora de la Puerta.
Ruega por nosotros.

Beata María Ludovica

La Beata María Ludovica De Angelis, nació en Italia en 1880, en el seno de una familia profundamente católica. En 1904 ingresó a la Congregación de las Hijas de la Misericordia, y en 1907 zarpó hacia la Argentina, donde se transformaría en el “alma mater” del Hospital de Niños de La Plata, que hoy lleva su nombre. El Hospital de Niños, se transformó en su hogar y en su familia. Primero se hizo cargo de la cocina, y luego fue superiora de la comunidad de hermanas. 

Durante 54 años encarnó el ideal de Misericordia de su Congregación, en su vínculo con todo el personal del Hospital, y especialmente, con los niños enfermos y con sus familias. Murió el 25 de febrero de 1962. Fue beatificada por el San Juan Pablo II, en 2004, y ese mismo año, sus reliquias insignes fueron trasladas a nuestra Catedral, donde se veneran hasta nuestros días en la capilla lateral donde se levanta su altar. 

Es la Santa Patrona del Hospital de Niños de La Plata, y especialmente de los niños enfermos. Su Fiesta se celebra el 25 de febrero.

Oración a María Ludovica

Padre, rico en misericordia, que llamaste y elegiste a la Beata María Ludovica, para ser visible en ella tu amor misericordioso por su total consagración a los pobres y a los niños, en los cuales veía a tu Hijo conforme a sus enseñanzas: «el que recibe a un niño en mi nombre a Mi me recibe».

Tú le comunicaste la fuerza del Espíritu Santo para que cumpliera su vocación hospitalaria sirviendo con alegría y sin descanso a los enfermos, pobres y necesitados. Tú la hiciste una mujer fuerte, piadosa y fiel al Evangelio de tu Hijo en el trabajo cotidiano y en la ofrenda de su quehacer humilde y silencioso como María, Madre de Misericordia.

Te pedimos por su intercesión, alivies y sostengas los corazones afligidos por enfermedades físicas, espirituales y morales. Concédenos también que por su intermedio alcancemos la gracia que hoy te pedimos para gloria de la Trinidad y de la Santa Iglesia. 
Amén.

Beata María Ludovica.
Ruega por nosotros.

Cristo Crucificado

La Cruz, es desde los tiempos de la comunidad apostólica, el signo que identifica a los cristianos. Nos santiguamos frente a lo sagrado, como una manera exterior de manifestar nuestra fe en Aquel que nos salvó entregando su vida y resucitando. La Cruz como signo de salvación tiene sentido únicamente en relación a Cristo. A medida que el anuncio del Evangelio iba suscitando más y más conversiones, más se difundía el valor de la Cruz, y su invitación espiritual a cargar nuestras propias cruces, y a asociar nuestros propios sufrimientos a los de la Pasión del Señor; y más crecía la devoción a Cristo Crucificado.

En los países de fuerte raigambre cristiana, Jesús clavado en la Cruz, preside los templos católicos y casa e instituciones religiosas, pero también está presente en la vida pública: en las encrucijadas de los caminos, en lo alto de serranías, en las entradas a las ciudades, en juzgados, legislaturas, oficinas de gobierno, ámbitos de seguridad y defensa, etc., etc. La cruz presidió la gesta evangelizadora de América, y la fundación de ciudades en el Nuevo Mundo.

El Misterio Redentor de la Cruz, la Iglesia lo contempla cada Viernes Santo, y particularmente en la Fiesta de la Exaltación de la Cruz del 14 de septiembre. El Cristo Crucificado de nuestra Catedral es una preciosa talla de madera de Leo Moroder.

Oración a Cristo Crucificado

Jesucristo, mi Señor crucificado, Hijo de la Bienaventurada Virgen María, abre tus oídos y escúchame, así como escuchaste al Padre en el Monte Tabor.

Jesucristo, mi Señor crucificado, Hijo de la Bienaventurada Virgen María, abre tus ojos y mírame, así como miraste desde lo alto de la Cruz a tu Madre querida, afligida por el dolor.

Jesucristo, mi Señor crucificado, Hijo de la Bienaventurada Virgen María, abre tu boca y háblame, así como le hablaste a san Juan cuando le diste por hijo a Tu Madre.

Jesucristo, mi Señor crucificado, Hijo de la Bienaventurada Virgen María, abre tus brazos sagrados y abrázame, así como los abriste sobre el árbol de la Cruz para abrazar al género humano.

Jesucristo, mi Señor crucificado, Hijo de la Bienaventurada Virgen María, abre tu corazón, recibe el mío y concédeme lo que Te pido, si tal es Tu voluntad.

Amén.

Nuestra Señora de Luján

La Santísima Virgen de la Luján es “la advocación mariana” más difundida en la Argentina. Los orígenes de esta devoción se remontan al s. XVII cuando, el hacendado Antonio Farías Sáa, quiso erigir en su estancia de Sumampa (Santiago del Estero), una capilla en honor a la Virgen. Solicitó a un amigo suyo, residente en Brasil, el envío de una imagen de la Inmaculada Concepción de María. Para una mejor elección, su amigo le envió dos imágenes. En el mes de mayo de 1630, las imágenes de la Virgen llegaron al puerto de Buenos Aires procedentes de San Pablo y, acondicionadas en dos cajones, fueron colocadas en una carreta.

Luego de tres días de viaje, la caravana a la cual se incorporó la carreta hizo un alto a 10 leguas de la actual ciudad de Luján, en el paraje de Zelaya, para pernoctar en la Estancia de Rosendo de Trigueros. Al día siguiente, ya dispuestos a continuar la marcha, los bueyes no consiguieron mover la carreta. Después de intentos fallidos, bajaron uno de los cajones y los bueyes iniciaron la marcha sin dificultad. Intrigados por el contenido del cajón, encontraron al abrirlo una imagen pequeña (38 cm de altura) de arcilla cocida que representaba la Inmaculada Concepción. 

Los creyentes interpretaron el hecho como providencial, y entregaron la imagen para su custodia a Rosendo de Trigueros, quien le construyó una capillita en la que se veneró la imagen hasta 1674, cuando se le construyó una iglesia a la vera del Río Luján, donde hoy se levanta su Santuario. La imagen de Nuestra Señora que se venera en nuestra Catedral, es la primera réplica que se hizo de la imagen original. 

La Virgen de Luján es la Santa Patrona de la República Argentina, de los Ferrocarriles Argentinos, y de la Policía Federal Argentina. Su Solemnidad se celebra el 8 de mayo.

Oración a Nuestra Señora de Luján

¡Milagrosa María de Luján, Limpia y Pura Concepción!

¡Oh Madre de mi alma! Te llevo por siempre en mi corazón,
me fío sin reservas a tu misericordia, y me entrego a tu amor y benevolencia. ¡Coronada Reina del Luján!

Tú que me guías desde lo más alto, que me llevas siempre por el camino seguro, en este duro peregrinar por la vida, concede, te ruego, por favor tu protección. Ayúdame, ampárame, otorgarme tus favores.

Acudo ante ti lleno de amor y fe para que intercedas ante mis problemas y desgracias, en especial para pedir tu poderosa intervención, en esta grave dificultad que hoy me abruma y perturba: (Hacer la propia petición).
Oh Nuestra Señora de Luján, de semblante noble y risueño,
obtenme de tu Hijo lo que con sencillez pido.

Madre deseo vivir siempre bajo tu manto, no dejes de darme en todo momento refugio; Líbrame de males, peligros y enemigos,
y alcánzame todos los bienes.

¡Virgen de Luján, Madre y Reina, ruega por tus hijos, guíanos y danos tu bendición, y derrama sobre todos nosotros tus dones celestiales! 
Amén.

Nuestra Señora de Luján.
Ruega por nosotros.

Beato Carlo Acutis

Carlo Acutis nació el 3 de mayo de 1991 en Londres (Inglaterra) donde trabajaban sus padres. Algunos meses después, sus papás Andrea Acutis y Antonia Salzano, se mudaron con él a Milán. Desde muy pequeño Carlo mostró un especial amor a Dios. Amaba rezar el Rosario. Tras su Primera Comunión iba a Misa con frecuencia y se quedaba adorando la Eucaristía. Se confesaba una vez a la semana, y siempre les pedía a sus padres que lo llevaran en peregrinación a los lugares de los santos y a los sitios de los milagros eucarísticos.

Difundió esos milagros, especialmente a través de un sitio web que diseñó con ese fin. Allí le decía a la gente que “mientras más frecuente sea nuestra recepción de la Eucaristía, más seremos como Jesús. Y en esta tierra podremos pregustar el Cielo”. Siendo adolescente, a Carlo le diagnosticaron leucemia. Ofreció sus sufrimientos “por el Señor, el Papa y la Iglesia”. Murió el 12 de octubre de 2006 y fue sepultado en Asís a pedido suyo, debido al gran amor que le tenía a San Francisco. El Papa Francisco lo beatificó el 10 de octubre de 2020.

En el año 2021, el Santo Padre, regaló a esta Catedral de La Plata, por medio del Arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández, una reliquia insigne del corazón del Beato Carlo Acutis. Es el Santo Patrono de los Jóvenes de nuestra Arquidiócesis, y de los evangelizadores digitales. Su Memoria se celebra el 12 de octubre.

Oración al Beato Carlo Acutis

Oh Dios, nuestro Padre, gracias por habernos dado a Carlo,modelo de vida para los jóvenes y mensaje de amor para todos.

Tú has hecho que se enamore de tu hijo Jesús, haciendo de la Eucaristía su «autopista hacia el  cielo».

Tú le has dado a María como Madre muy amada, y has hecho que con el Rosario se convirtiese en un cantor de su ternura.

Acoge su intercesión por nosotros.

Mira sobre todo a los pobres, a quienes él amó y ayudó.

[También a mí concédeme, por su intercesión, la gracia que necesito…]

Y haz que nuestra alegría sea plena, conduciendo a Carlo entre los santos de la Iglesia universal, a fin de que su sonrisa siga resplandeciendo para nosotros y para gloria de  tu nombre.

Amén.

Beato Carlo Acutis.

Ruega por nosotros.

San José

José de Nazaret, pertenecía a la familia de David, y fue el castísimo esposo de la Santísima Virgen María, y el hombre que tuvo la enorme responsabilidad y privilegio de hacer las veces de padre de Jesús, en este mundo. La Iglesia lo venera como el santo custodio de la Sagrada Familia; el hombre que con su trabajo de carpintero, sostuvo y ayudó a crecer al hijo de Dios e hijo de María.

Su vínculo con Jesús, fue tan profundo, que según lo que nos dicen los Evangelios, el mismo Salvador era llamado «Hijo de José», «el carpintero». San José lo cuidó amorosamente, y Jesús se sometió a él como un buen hijo a su padre. No podemos precisar con exactitud el momento exacto de su muerte, pero posiblemente ocurrió antes de que comenzara la vida pública del Señor.

La Iglesia lo venera como su santo Custodio y Protector, y como santo patrono de las familias, de los trabajadores, y de la buena muerte. Tiene dos celebraciones: su Solemnidad, el 19 de Marzo; y la Memoria de San José Obrero, el 1 de Mayo, coincidiendo con el día del trabajo.

Oración a Nuestra Señora de Luján

Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.

Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal. 
Amén.

San José. 
Ruega por Nosotros.

Nuestra Señora de los Dolores

El origen de la devoción de la Virgen de los Dolores, tenemos que ubicarlo alrededor del año 33, porque está asociado a su presencia en la Pasión de Jesús, y particularmente en el camino al Calvario y al pie de la Cruz, donde su Hijo, Jesucristo, entregó su vida para Redimirnos a todos. 

El inmenso amor y dolor de Madre, manifestado por María junto a la cruz en el momento de la muerte redentora de su Hijo, le han valido el título de “corredentora”: así como el Señor entregaba su vida humana derramando su sangre en la Cruz, su Madre, ofrecía con Él, todo su sufrimiento interior.

La Virgen de los Dolores es la Santa Patrona de nuestra Parroquia, y a ella está dedicada la capilla que funciona debajo de la Catedral. Su Solemnidad se celebra el 15 de septiembre, al día siguiente de la Fiesta de la Exaltación de la Cruz.

Oración a Nuestra Señora de los Dolores

Virgen Santísima de los Dolores,
míranos cargando nuestra cruz de cada día.
Ten compasión de nuestros dolores,
como nosotros nos compadecemos de los tuyos,
y acompáñanos, como acompañaste
a tu Hijo Jesucristo, nuestro Salvador,
en el camino doloroso del Calvario.

Eres nuestra Madre y te necesitamos.

Quédate de pie junto a la cruz del enfermo,
del triste, del pobre, del abandonado,
y tráenos consuelo y esperanza, paciencia y aceptación,
paz y salud, justicia y amor.

Madre de los Dolores, consigue que tu Hijo
acreciente nuestra fe,
fortalezca nuestra esperanza,
y encienda nuestro amor.

Aquí nos tienes, somos tus hijos.
Ruega a Cristo por nosotros.
Amén.

Nuestra Señora de los Dolores.
Ruega por nosotros.

San Ponciano, Papa y Mártir

Ponciano, fue proclamado Obispo de Roma, aproximadamente en el año 230. Fue Sumo Pontífice hasta el año 235, cuando el emperador Maximino el Tracio, lanzó una fuerte persecución contra los líderes cristianos. Durante su breve pontificado, Valeriano, un pagano notable, y esposo de Santa Cecilia, se convirtió al cristianismo y luego fue martirizado.

Junto al Presbítero Hipólito, el Papa Ponciano fue deportado, y condenado a trabajos forzados en las minas de la isla de Cerdeña, donde a causa de las privaciones, y el trato inhumano, habría encontrado la muerte. En el 236, el Papa Fabián, trasladó sus restos a la cripta papal de las Catacumbas de San Calixto. Su Fiesta se celebra el 19 de Noviembre, que es el mismo día de fundación de la Ciudad de La Plata, de la cual es Santo Patrono.

Oración a San Ponciano

Oh Dios, eterno pastor de las almas,
mira con ojos de piedad a tu místico rebaño
y defiéndelo con tu constante protección,
por los méritos de San Ponciano, Papa y Mártir,
a quien confiaste el insigne honor
de gobernar la Iglesia Universal.
Amén.

San Ponciano.
Ruega por nosotros.

Santo Cura Brochero

Fue el primer santo que nació, vivió y murió en la Argentina. José Gabriel Brochero nació en Córdoba en 1840. Sintiendo el llamado de la vocación sacerdotal, consagró y dedicó su vida al ejercicio del ministerio pastoral. A los 29 años, Brochero fue designado párroco del curato de San Alberto, lo que actualmente es el Valle de Traslasierra, donde desarrolló una fructuosa cura de almas. Recorría a lomo de mula una extensión territorial de 4336 kilómetros cuadrados. 

Durante los años de su curato, fundó escuelas, creó caminos (como el de las Altas Cumbres) y gestionó la creación de diques, acueductos, una estafeta postal y un telégrafo, y un casa de retiro. En sus últimos años, el cura Brochero enfermó de lepra, como consecuencia de convivir con muchos enfermos con los que inclusive compartía el mate. Esta enfermedad lo dejó sordo y ciego, aunque eso no le impidió seguir trabajando. Murió en 1912, y fue canonizado por el Papa Francisco en el 2016.

El Santo Cura Brochero es patrono del Clero Argentino, y su Memoria se celebra el 16 de marzo.

Oración a Santo Cura Brochero

Señor, de quien procede todo don perfecto: 
Tu dispusiste que San José Gabriel del Rosario
fuese Pastor y guía de una porción de
tu Iglesia, y lo esclareciste por su celo
misionero, su predicación evangélica y
una vida pobre y entregada.
Te suplicamos, que por su Intercesión,
Alcancemos la gracia que humildemente
te pedimos… (pedir la gracia)
Por Jesucristo Nuestro Señor. 
Amén.

Santo Cura Brochero.
Ruega por nosotros.

Inmaculada Concepción

El dogma de la Inmaculada Concepción, también conocido como Purísima Concepción, es un dogma del catolicismo que sostiene que María, Madre de Jesús, a diferencia de todos los demás seres humanos, no fue alcanzada por el pecado original, sino que, desde el primer instante de su concepción, estuvo libre de todo pecado.

Este dogma, y la respectiva advocación mariana, encuentran su fundamento bíblico en el primer capítulo del Evangelio de San Lucas, cuando en la escena de la Anunciación, se llama a María “llena de gracia”; y sólo llena de gracia, puede ser llamada aquella en la que no hay pecado. La representación de la Inmaculada coincide con la imagen de la mujer vestida de luz, coronada de estrella y con la luna a sus pies, del Libro del Apocalipsis.

A la Inmaculada Concepción está dedicada nuestra Catedral. La imagen que veneramos es una hermosísima talla de madera de Leo Moroder. Su Solemnidad se celebra el 8 de Diciembre.

Oración a la Inmaculada Concepción

¡Oh! Santa María Inmaculada, 
tú que fuiste elegida por el Señor 
y liberada del pecado desde tu Concepción, 
apiádate de nosotros y no nos desampares.

Ayúdanos a encontrar la paz en los momentos de ansiedad 
y líbranos de cualquier mal o peligro que pretenda causarnos sufrimiento.

Haz que tu luz celestial nos ilumine en las épocas de oscuridad. 
Que tu amor y pureza nos enseñen la importancia de perseverar 
para ser más fuertes que la debilidad.

¡Oh! Señora Santa e Inmaculada, 
atiende nuestro pedido 
y llénanos de amor 
para que no nos desviemos del camino de Dios. 
Amén.

Cristo Yacente

El Cristo Yacente es una imagen de Cristo muerto, tendido para su entierro. El Cuerpo de Jesús preparado y envuelto en sábanas, depositado en el sepulcro, es el fundamento bíblico de esta especial devoción. A este dato de la Sagrada Escritura, se agregan todos los datos científicos que nos ofrece la reliquia del Santo Sudario de Turín.

Si bien el Cristo Yacente no tiene una fiesta particular en un día determinado del año litúrgico, el misterio del Señor muerto y sepultado se contempla en la mañana del Sábado Santo. Es un Misterio Doloroso, pero abierto a la esperanza, dado que el Cristo que yace en el sepulcro, es el Cristo muerto que va a volver a la vida revestido de Gloria en la Resurrección.

Oración al Cristo Yacente

Santo Cristo Yacente, 
que nos has amado con amor infinito 
padeciendo y entregando tu vida: 
escucha mi súplica, alivia mis sufrimientos, recibe mis lágrimas.  

Ante tu imagen milagrosa, 
ruego que me concedas la gracia que hoy, 
te pido con toda la fe de mi corazón (hacer la petición); 
y que después de las pruebas de esta vida, 
me lleves a tu lado en el Cielo. 
Amén.